¿Cómo reconocer y evitar el golpe de calor?
El verano ya está en Chile y, aunque es una época ideal para relajarse y hacer actividades al aire libre, también existen algunos riesgos propios de la estación, como el golpe de calor.
¿Qué es un golpe de calor?
El golpe de calor o shock térmico es un trastorno que se ocasiona por el exceso de la temperatura corporal.
Generalmente, se debe a una exposición prolongada o realización de esfuerzo físico si las temperaturas son elevadas, generando la imposibilidad de que nuestro cuerpo se autorregule.
Se considera que es una lesión grave para nuestro organismo y una de las afecciones más frecuentes durante el verano.
Los síntomas asociados
¿Cómo podemos detectar el golpe de calor? Como mencionamos, bajo estas situaciones el cuerpo tiene dificultades para poder regular su temperatura a través de la sudoración, por ejemplo.
Los niños y las personas mayores son el grupo de la población más vulnerable, así como aquellas personas que tienen enfermedades crónicas. No obstante, hay que prestar especial atención a los síntomas que se presentan para tratarlo con urgencia sin importar el grupo etario:
- Aumento de la temperatura corporal (por sobre los 39 °C)
- Estado mental o comportamiento disfuncional o alterado.
- Náuseas y vómitos.
- Piel enrojecida.
- Incremento de la frecuencia cardiaca.
- Dolor de cabeza o sensación de opresión.
- Cambios en la alteración de la piel. Por ejemplo, debido a un golpe de calor provocado por un clima caluroso nuestra piel se siente caliente y seca al tacto. Si el problema surge producto del ejercicio intenso, la piel se siente seca o un poco húmeda.
En el caso de que aparezca esta sintomatología, la persona debe ser tratada de forma inmediata por los profesionales de la salud para evitar el daño de los órganos.
Se trata de una urgencia médica. Su aparición es rápida -de una a seis horas- y su evolución mortal si no se toman las medidas necesarias.
¿Cómo evitar el golpe de calor? Medidas preventivas
- Hidratación: hay que tener el cuerpo hidratado y beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día. Se recomienda llevar una botella encima y beber pequeños sorbos de manera continua.
- Buscar la sombra: siempre y cuando se pueda hay que intentar caminar o estar bajo la sombra.
- Ropa fresca: usar las prendas adecuadas para lograr la mejor transpiración del cuerpo. Por lo tanto, apostar por la ropa holgada de algodón.
- Dieta ligera: evitar las comidas copiosas e incorporar más frutas y ensaladas para favorecer la hidratación.
Si se produce un golpe de calor debemos buscar ayuda médica de forma inmediata. Mientras se espera por la asistencia podemos contribuir llevando a la persona a un lugar cerrado o a la sombra, sacarle el exceso de ropa y enfriarla con cualquier medio.